En un mundo plagado de sin sentidos, encontrar el equilibrio a veces resulta complicado y muchas otras frustrante. Buscar el bienestar puede sonar como algo superficial o inclusive irracional. "Todo está mal." "Esta es la peor crisis de la historia reciente." "Todo tiempo pasado fue mejor." Así podemos seguir con una larga lista de etcéteras.
Me rehuso, sin embargo, a sumarme a los apologistas de la catástrofe. No, no estoy loca y tampoco me considero desinformada. Estoy absolutamente consciente de la difícil situación que vivimos en el mundo y de la marginación en la que se encuentra la mayoría de la población del mundo; sobre todo, tengo clarísimo que las mujeres son las más afectadas por la pobreza y que muchas mujeres viven la fatídica triple marginación de la actualidad: son pobres, indígenas y ancianas.
Ante esta realidad se tienen dos opciones: convertirse en parte de la tragedia o intentar formar parte de la solución. Prefiero la segunda. Los lamentos no conducen a nada, más que a más lamentos y a construir una sociedad en permanente ahogo. El optimismo no es la solución, pero es el primer paso para encontrarla.
Quienes convivimos en la blogósfera representamos a una minoría dentro de la minoría. No todas las personas tienen acceso a internet en el mundo, y de este universo, las mujeres no somos la mayoría. Esto no obsta para que dejemos de proponer y construir desde este espacio y que lo que debatimos, encontremos y construyamos lo traslademos a la realidad "no virtual".
Considero, aunado a lo anterior, que un primer compromiso para ser parte de la transformación es empezar por uno mismo. A veces, qué ironía, resulta más fácil intentar cambiar el entorno que cambiar los patrones de conducta poco constructivos con que vivimos. Si no somos capaces de encontrar el equilibrio en nuestras vidas difícilmente podremos ser capaces de contribuir en la construcción del equilibrio externo. Es como pedirle peras al olmo. Estoy convencida de que el primer paso para cambiar el entorno es empezar por cambiar uno mismo. ¿Se puede pedir respeto y tolerancia cuando uno es intolerante y poco respetuoso?
¿Cómo queremos vivir la vida? ¿A qué estamos dispuestos? Si bien no podemos muchas veces modificar lo que sucede, lo que si depende de nosotros es la actitud que decidamos asumir ante los hechos. Esa es una elección de vida y no depende de nadie más.
Imagen:PdPhoto.org
4 comentarios:
Claudia:
Ahora yo te felicito a vos, por poner en palabras en el mundo virtual, lo que en el mundo real sucede y aparentemente nadie quiere ver, o a casi nadie le interesa... yo pienso como vos, que para poner un grano de arena para modificar algo, hay q empezar por uno mismo, y es en ese modificar que uno se hace mas fuerte, y se hace mas sabio... es muy bueno saber que hay gente con los mismos valores en el mundo, me alegra conocerte!!! un abrazo desde argentina. Silvina (luz natural)
Silvina,
Muchas gracias por tu visita y tus palabras. Esto que nos parece tan evidente a mucha gente le parece impensable e inclusive extraño. Coincido, la primera gran modificación del entorno comienza por uno mismo.
A mi también me da mucho gusto conocerte y saber que compartimos una visión.
Te envío un inmenso abrazo desde México y mis mejores deseos para estas fechas.
Claudia!!
Me uno a ustedes totalmente...
En toda situación hay dos partes, dos lados. Y depende de uno querer cambiarlo o no. A veces se hace más complejo, otras mas simples...pero la desición y el darse cuenta depende solamente de uno.
Uno tiene que ser capaz de cambiar y modificar....
Felicidades en esta Navidad y fin de año, y como siempre, es un disfrute leerte.
Besos y felicidades :)
Hola Ceci!!
Qué gusto encontrarte de nuevo por aquí.
Cierto, es la eterna dicotomía de la vida: optar, decidir, saber que en la elección algo quedará siempre fuera y el camino no tiene retorno.
Un abrazo y felices fiestas.
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