En días pasados, el blog de tecnología del New York Times publicó un artículo sobre los gustos y prejuicios respecto de las mujeres consumidoras (What do women want in a Laptop?). Las consideraciones del texto me parecen dignas de tomar en cuenta.
El post explica los errores que cometió al empresa Dell en la creación de su modelo "femenino" de computadoras portátiles, la Della. Todo parece indicar que los expertos de marketing cometieron un grandísimo error al considerar que las mujeres correrían a comprar la "lap" por tener artilugios tales como un contador de calorías, tips para comprar ropa y cosas por el estilo.
¿El resultado? Desastroso. Nada peor que partir de prejuicios para venderle "algo" a las mujeres. El caso Della habla de algo que está en todas partes y a lo que no se le presta mucha atención: "la mujer que consume" no es UNA. Se trata de muchas y los estereotipos no ayudan a que se anime a hacer uso de sus recursos para invertirlos en cualquier cosa que esté pintada de rosa y tenga florecitas.
La mujer-consumidora hoy por hoy, es una persona bastante sofisticada y que no necesariamente se identifica, ni siquiera, con esos colores. El consumo de los países lo realizan principalmente las mujeres, y se trata de personas con diversidad de gustos, intereses, comportamientos y patrones para tomar decisiones. Es curioso, por otro lado, que los productos que se les venden a las mujeres sean diseñados o concebidos en las áreas de mercadotecnia en donde... predominan los hombres. Supongo que nosotras tenemos algo que decir y nuestra participación y presencia sería, indudablemente, muy valiosa.
¿Qué hizo Dell para resarcir este error? Comprender que los clichés no son los mejores aliados en el diseño y desarrollo de una estrategia de marketing y posicionamiento de productos.
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