Hay una historia de un hombre que corre al encuentro de un monje que está pasando por la aldea: "¡Deme la piedra, la piedra preciosa!"
Dijo el monje: "¿De qué piedra hablas?"
El hombre: "Ayer a la noche, Dios se me apareció en un sueño y me dijo: Un monje estará pasando por la aldea mañana el mediodía, y si él le da una piedra que lleva consigo, usted será el hombre más rico del país. ¡Entonces, déme la piedra!"
El monje revolvió en su hábito y sacó un diamante, el mayor diamante del mundo, ¡del tamaño de la cabeza de un hombre! Y dijo: "¿Es esta la piedra que quieres?" Yo la encontré en el bosque. ¡Tómala!"
El hombre tomó la piedra y se fue corriendo a su casa. Pero aquella noche no pudo dormir. A la mañana siguiente, muy temprano, fue adonde el monje dormía, debajo de un árbol, y habiendo comprendido le dijo: "Aquí tiene de vuelta su diamante. Quiero la riqueza que me haga capaz de prescindir de la riqueza".
8 comentarios:
cómo se hace? digo... ser tan sabio...
Toda una lección.
Pura sabiduría.
Un beso
Excelente relato. Todos buscamos esa riqueza que nos haga capaces de prescindir de la riqueza.
Muchísimas gracias por compartirlo.
Besitos.
ays, con los años te das cuenta que la verdadera riqueza está en los pequeños detalles, y no me refiero al famoso comentario de Groucho (un pequeño yate, una pequeña fortuna...), jejeje, buena lección.
Cat`s,
¡No lo sé! Supongo que quienes han encontrado la sabiduría no la han buscado y se han concentrado en vivir...
Gracias por la visita,
Arantza,
Es curioso como las historias sencillas, sin escondrijos pueden llevar un mensaje tan adentro ¿no?
Besos y gracias por venir, me encanta encontrarte cuando vienes de visita.
Marina,
Tenemos tanto que aprender de la vida, no importa la edad, el lugar ni factor alguno, simplemente, debemos aprender a abrir el corazón para poder ver lo verdaderamente valioso.
Un beso,
Duncan,
Me hiciste reír muchísimo...... pensándolo bien, yo también quiero esas cosas pequeñas....jajajajaja.
un miauuuu,
Publicar un comentario