Hay una frase que me impacta terriblemente, y la he escuchado a lo largo de estos dos años y medio varias veces: "No tengo nada que decir, y a quién le importa". Es la respuesta que me han dado muchas mujeres cuando las invito a abrir su blog en Mujeres Construyendo.
¿En qué momento las mujeres han, hemos, pensado que nuestra palabra no tiene peso y que lo que tenemos que decir no le importa a absolutamente nadie? Es de esas dudosas verdades que se repiten tanto que acabamos confundiendo con la realidad.
La pregunta que hago y que sigue siempre a dicha respuesta es: ¿Compras cosas en el supermercado o la tienda para tu casa y tus hijos? ¿Votas? La respuesta siempre es si. ¿No se te ha ocurrido pensar que lo que dices sobre una marca, la escuela de tus hijos, el servicio que recibes de luz, teléfono, o sobre lo que dice un candidato a legislador tiene peso? Y lo que escucho después es un laaaargo silencio acompañado por una mirada introspectiva que refleja ese característico estado de incertidumbre que aparece con cuestionamientos que nunca nos habíamos hecho.
En América Latina, y México de manera muy concreta, la participación de las blogueras en el mercado y la política es muy limitado. Lo es por dos razones: las blogueras no se han dado cuenta de su poder y capacidad de influencia y las marcas y los políticos (y qué son sino marcas también....) no lo han descubierto. De una manera un tanto burda piensan que el marketing on line para mujeres implica poner páginas de color rosa y hacerles llegar promociones de productos "empacados" a su gusto femenino. Están EQUIVOCADÍSIMOS.
Hoy por hoy, las blogueras en cualquiera de sus categorías (mamás blogueras, activistas, profesionistas, escritoras de diarios, artistas, empresarias, estudiantes, deportistas, etc.) tienen peso, opinión y algo que decir. Lo que en otros países es algo común: establecer una relación bidireccional con una bloguera o comunidad de blogueras, en este país y en muchos de internet de habla hispana, parece algo fuera de serie y "loco" (palabras escuchadas a más de un empresario en México).
Les dejo de muestra un post del blog de Relaciones Públicas ComPRehension, en donde destacan dos cosas: que las blogueras son actores influyentes en internet y que las mujeres representan un grupo demográfico con fuerte poder de consumo.
Si, las blogueras son líderes en internet. Son mujeres y su impacto en el consumo es grande. Por algo, Deloitte presentó este año su informe: “El dividendo del género: haciendo que las mujeres sean un caso de negocio para invertir”, el cual destacó la importancia de las mujeres “en las economías como un mercado de consumidores en crecimiento”.
De acuerdo con el estudio, las mujeres controlan aproximadamente 20 billones de dólares del gasto total de los consumidores del mundo y hacen, o influencian, hasta en 80 por ciento de las decisiones de compra. Solamente en EEUU las mujeres con sueldos de seis cifras crecen al doble de velocidad que los hombres.
En este contexto, según aseguró la consultora, las empresas necesitan entender las preferencias de las mujeres y entenderlas como consumidores.
Lo mismo aplica para los políticos. Las mujeres votan, influyen en su casa y su entorno, generan conciencia en sus familias y espacios de trabajo y tienen algo que decir sobre los candidatos, sus propuestas y sus políticas. Nada insulta más a una persona que sentirse usada, y el viejo estilo de los políticos de prometer las perlas de la virgen e ignorar después a quienes votaron por ellos está quedando paulatinamente atrás. Las blogueras son un factor de cambio, tienen algo que decir, son líderes y acercarse a ellas debe hacerse de una manera inteligente y sofisticada.
La clave está en las relaciones y las conversaciones. Para hacer que ella decida prestar atención a una marca (comercial o política) hay que hablarle en sus términos, entenderla, comprender su manera de participar en internet. No basta con enviarle mensajes y esperar que ella se convierta en portadora de esa información. Visualizar así las cosas resulta un verdadero insulto para la inteligencia de cualquier persona.
Una bloguera, y muchas blogueras juntas, pueden acabar con la reputación de una marca que presta malos servicios u ofrece malos productos (hay que preguntarle a Dell el impacto de Jeff Jarvis...). De la misma forma, hay que preguntarle a Wallmart el impacto que ha tenido su programa de Mommy Bloggers en Estados Unidos para generar branding y acercar a sus consumidores con las marcas y productos. ¿No ocurre lo mismo con los políticos? Si quieren acercarse a las mujeres en internet es hora de que empiecen a entender el impacto e importancia de las blogueras.
Imagenes: Hopebuilding, Solpersona
Mujeres Construyendo: construyendo un nuevo diálogo y empoderando a las mujeres a través de los blogs. (www.mujeresconstruyendo.com)
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